El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una enfermedad dolorosa y debilitante causada por la reactivación del virus de la varicela zóster en aquellos que han tenido varicela en el pasado. Esta afección puede afectar a cualquier persona que haya tenido varicela, y su incidencia aumenta con la edad, especialmente en personas mayores de 50 años.
Afortunadamente, la ciencia médica ha avanzado significativamente en la prevención del herpes zóster mediante el desarrollo de una vacuna altamente efectiva. Esta vacuna, conocida como vacuna contra el herpes zóster o Zostavax, y su sucesora más nueva, Shingrix, han demostrado ser eficaces en la prevención de la enfermedad y en la reducción de la gravedad de los síntomas en caso de que ocurra.
La vacuna contra el herpes zóster es recomendada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para adultos mayores de 50 años, incluso si ya han tenido herpes zóster en el pasado. Shingrix, en particular, se ha vuelto la vacuna preferida debido a su alta eficacia, superando a su predecesora en varios aspectos.
Una de las razones por las que se recomienda la vacunación, incluso para aquellos que ya han tenido herpes zóster, es para prevenir futuros episodios de la enfermedad, conocidos como recurrencias. Estas recurrencias pueden ocurrir en hasta el 10-20% de las personas que han tenido herpes zóster una vez.
Es importante destacar que la vacuna contra el herpes zóster es segura y bien tolerada en la mayoría de las personas. Los efectos secundarios suelen ser leves y transitorios, como dolor en el lugar de la inyección o síntomas parecidos a la gripe. Comparado con los riesgos y la incomodidad asociados con el herpes zóster, la vacuna es una opción segura y efectiva para protegerse contra esta enfermedad potencialmente debilitante.
En resumen, la vacuna contra el herpes zóster es una herramienta invaluable en la prevención de esta enfermedad dolorosa y potencialmente debilitante. Si tienes más de 50 años o perteneces a un grupo de riesgo, considera hablar con tu médico sobre la posibilidad de vacunarte y protegerte contra el herpes zóster y sus complicaciones.